domingo, 25 de agosto de 2013

Souvenirs

Amores que no fueron o simplemente souvenirs.
En eso queda convertido el amor luego de habernos derribado.
En un objeto desdeñable. Algo que el tiempo se ocupa de cubrir de polvo y condenar al olvido.
Es brutal el modo en que, lo que nos resultaba indispensable, se transforma en algo insignificante. Es extraño como aquello que nos laceraba al asomarnos, ya no nos importa. 
El amor ni siquiera nos mata. Nos acelera el pulso y nos confunde. Nos lleva a emociones que no queremos abandonar jamás. Y sin embargo, un día, decidimos ceder y miramos un poco más allá de su centro y sencillamente lo dejamos.
Observo con cierta tristeza no padecer ya los reveses de una relación amorosa. Incluso con algo de melancolía. Ya no lloro sin motivo, no espero dedicatorias y mirar alguna foto me da igual.
Creí que moriría. Creí que no podría.
También creí que en el paraíso de su cuerpo y en todas sus palabras. (Siempre fui bastante tonta)
Ahora creo en mi y en las cosas que habito.
No me duele el amor, ni alojo el rencor.
Miro este día, esta noche, miro a quien está a mi lado...
Y secretamente celebro haberme soltado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario